Hay revelaciones que cambian una vida entera, descubrimientos que obligan a asumir retos insospechados de los que resulta imposible escapar. Esto es lo que le ocurre a Valeria cuando descubre que es un ángel con la misión de combatir las fuerzas del Mal.

Estaban enfermos. Desesperados. Sin alternativas ni soluciones para unas vidas que parecían llegar a su fin. Pero apareció una última esperanza. Un tratamiento experimental fuera de los cauces oficiales, sin controles ni vigilancia. Una solución extraordinaria para una situación extrema. La única manera de seguir aferrados a este mundo. Y la aceptaron. Nadie les dijo que lo que pretendía curarles podría matarles. Ahora siguen enfermos y desesperados. Pero además, son peligrosos. Víctimas por partida doble, engañados y traicionados, pero con el mismo sentimiento: sobrevivir. A su enfermedad. A la cacería. A ellos mismos. Sobrevivir a la… Rabia.

La serie está ambientada en España, alrededor del año 1660, durante el reinado de Felipe IV. Éste, según la ficción, había tenido a los dos protagonistas (Gonzalo de Montalvo y Hernán Mejías) como hijos de una mujer a la que sedujo, Laura de Montignac. Otra cosa que se representa en la historia es la vida del médico y noble Juan de Calatrava, duque de Velasco y Fonseca, Grande de España. Apenas se había descubierto la rotación de la Tierra y la circulación sanguínea, y la Ciencia ya era admitida por la Iglesia Católica. El lugar de ambientación es la Villa de Madrid. En 1656, la Villa de Madrid contaba con unos 125.000 habitantes, de los cuales los personajes que aparecen son unos de ellos.