Una prostituta interesada en Dante busca clientes en los museos. Su proxeneta, mientras tanto, no para de comer hamburguesas y bombones. Y uno de sus clientes cada noche desea que se muera su mujer. En las ciudades con puertos, las zonas marcadas por la marginalidad y las abanderadas de la cultura oficial suelen coincidir en el mismo barrio. En "Plou a Barcelona", el triángulo frágil y oscuro que componen los tres protagonistas (una prostituta, su compañero proxeneta y uno de sus clientes habituales) tiene como trasfondo esta particular proximidad, tan propia del Raval barcelonés, entre los signos de la ciudad oculta, los del consumismo globalizador y los del mundo de la alta cultura.

Verónica, divorciada y con un hijo, comienza a organizar su vida y adaptarse a la nueva situación. Sus problemas quedan relegados a un segundo término cuando muere asesinado Carlos, su masajista. Sabiéndose en peligro, Carlos dejó a Verónica un mensaje en el contestador: había de recoger un paquete escondido en los lavabos de una estación de ferrocarril. A partir de ese momento, Verónica no conocerá la calma.

Arián, una joven vasca, idealista pero ingenua, se une a una despiadada banda terrorista y, con la esperanza de demostrar su compromiso, se ofrece como voluntaria para participar en el secuestro de la hija de un importante empresario.

Gil Foix (Fernando Guillén), un hombre de origen humilde, se ha convertido en un nuevo rico. En muy poco tiempo, consigue ganar mucho dinero y lo invierte en la Bolsa. Pero, poco después, lo pierde todo debido a la crisis financiera que asola Europa.