En 1965 y después de haber pasado unos años en la cárcel, Tommy Gibbs, un muchacho de Harlem, vuelve a su barrio dispuesto a montar su propio negocio y a resarcirse de todas las vejaciones de las que ha sido objeto por parte de los blancos. Pronto entrará a formar parte de las mafias y controlará durante años el barrio negro.

Condado de Schuylkill, Pennsylvania, 1876. Una sociedad secreta de mineros irlandeses dedicados a extraer carbón, unidos por un juramento sagrado, presionan a la codiciosa y despiadada empresa para la que trabajan saboteando instalaciones mineras con la esperanza de mejorar sus condiciones laborales y la vida de sus familias.

Duke Johnson viaja a un pueblo sureño para enterrar a su hermano. Tras el funeral se entera de que debe permanecer 60 días para solucionar el tema de la herencia. Unos pocos lugareños convencen a Duke para que reabra el club nocturno de su difunto hermano. Pronto comienzan las intimidaciones por parte de la policía local, ya que Duke se niega a pagarles los sobornos que le exigen, a continuación los polis corruptos lo atacan junto con su amiga Aretha. Esto hace que pida ayuda a su viejo amigo Roy, que llega con unos cuantos amigos a la ciudad, para hacer justicia.

Los dos hermanos Beaudine rechazan la oferta del ranchero Hatcher para ir a conducir su ganado; pero cambian de opinión cuando él es disparado. Salen con seis jinetes, y en el camino se enfrentarán a los indios y diferentes obstáculos y accidentes.

Junior Jackson tiene la reputación de conducir muy rápido. Cuando su padre es arrestado, decide convertirse en piloto profesional para ayudarle a conseguir privilegios en la cárcel. Con el auxilio de su hermano se vuelve muy famoso en la NASCAR.

Un hombre (Michael Moriarty) que fue padre de un bebé monstruo, logra prevenir el mal confinando a todos los monstruos a una isla desierta.