Después de perder a su padre a una edad temprana en un terrible accidente, Yong-hu abandona su fe cristiana y solo cree en sí mismo. Ahora como adulto, Yong-hu es un luchador campeón y tiene todo lo que siempre ha deseado, hasta que aparecen misteriosas heridas en las palmas de sus manos. Solicita ayuda de un sacerdote local, el padre Ahn, con la esperanza de que el sacerdote pueda ayudarlo a aliviar las dolorosas marcas y se encuentre en medio de una peligrosa lucha contra las fuerzas malignas de otros mundos que buscan causar estragos en el mundo humano.

Un misterioso caso de asesinatos en serie tiene lugar por jaechaui (cadáveres que se han levantado de entre los muertos y pueden hablar). Pero estos cuerpos son manipulados por alguien.

Young-ho no tiene ningún sueño para su vida. Hace tres años que estudia para ingresar a la universidad. Decide enviar una carta a su amiga de la infancia So-yeon. Pero su hermana menor, So-hee, recibe la carta en lugar de su hermana enferma. So-hee responde a Young-ho, haciéndose pasar por So-yeon. Mientras tanto, So-hee cuida a su hermana enferma y también dirige una librería de segunda mano con su madre.

Mientras regresa a casa desde el trabajo, el gerente de un banco recibe una llamada anunciándole que hay una bomba bajo el asiento de su automóvil y, si alguien sale del vehículo, explotará. A no ser, claro está, que pague lo que le piden.