Junto al lecho de muerte de su amigo indio, un oscuro guarda forestal llamado Girard (Lash La Rue), oye la leyenda de los ancianos hechiceros toltecas. Hace mil años, se enterraron vivos ellos mismos, resucitaron y se convirtieron en caníbales para sobrevivir. Con su último aliento, el indio pide a Girard que tome su lugar en la guerra contra esos espíritus demoníacos, que están organizando un ataque final para conquistar el mundo. Blandiendo su látigo de toro, Girard sale a combatir la terrorífica amenaza y en defensa del honor de su amigo. Lo primero que hacer es proteger a un grupo de estudiantes de colegio que han alquilado una apartada casa frecuentada por los espíritus asesinos.

Un Ranger de Texas tiene que proteger a sus dos hijas mientras que investiga a un asesino en serie que ataca a animadoras. Mientras tanto él se encuentra trabajando en el caso de un cracker que afirma ser inocente de los cargos presentados contra él.

Una mujer llega a una típica y tranquila ciudad norteamericana para investigar la muerte de su hermano. Pronto se dará cuenta de que las cosas no son lo que parecen y su vida correrá peligro.

El jefe apache Jerónimo ha huido de la reserva y ha desenterrado el hacha de guerra. En una diligencia que atraviesa el desierto de Arizona exponiéndose al ataque de los indios, viajan Lucy Mallory, una mujer embarazada y casada con un capitán de caballería; Dallas, una desdichada prostituta a la que han expulsado del pueblo, y un sheriff que, durante el viaje, recoge al conocido forajido Johnny Ringo. Entre los viajeros hay también un jugador profesional y un médico borrachín. Las circunstancias harán que las relaciones entre ellos sean más bien tensas. Versión televisiva del clásico de John Ford y John Wayne, "La diligencia" (1939).

Mientras espera en la estación la llegada del tren que la conducirá desde San Francisco a Nueva York, Nikki Collins es testigo accidental de un asesinato que se comete en un inmueble cercano. Nadie cree su versión, incluida la policía que no descubre rastro alguno cuando llega al supuesto lugar de los hechos, excepto un famoso escritor de novelas policíacas, que está dispuesto a colaborar con ella para demostrar que, efectivamente, se ha cometido un crimen y hay un peligroso asesino en libertad.