Elena Hart es una corredora de fondo que a sus veinte años se sumerge en una terrible pesadilla al sufrir serios desajustes en su alimentación. Llevada por su afán de perder peso y el deseo de complacer a su exigente entrenador, Elena empieza a padecer anorexia.

Comedia coral que gira en torno a la curiosa relación profesional y amistosa que se establece entre un cuarentón en paro forzoso y un viejo poeta homosexual que vive de las rentas. Todo se vuelve del revés de la noche a la mañana por culpa de unas fotos comprometedoras, un funeral inesperado, un chapero encantador, un robo de joyas, un adolescente rubio como la cerveza, unos cupones de sopa de sobre, un premio Nobel que se hace el sueco, una hija demasiado emancipada, un amigo tristón y una parcelita en las afueras... Adaptación -por Rafael Azcona- de la novela "Diario de un jubilado", de Miguel Delibes.

Luis es un tipo con suerte, y que, además, sabe montárselo. Guapo y simpático, pasa por escritor, aunque en realidad escriba bien poco. Evidente, tiene éxito con las mujeres, tanto, que es mantenido por una de ellas. Marga, una rica cuarentona que le ha prometido mediar con su marido editor para que éste le publique a Luis una novela. Pero el marido de Marga lo descubre escondido en la bañera de su casa con un gorrito de baño muy mono en la cabeza, lo confunde con una amiga suya. Luis se verá obligado a salir de la casa disfrazado de mujer. Camino de casa conoce a Virginia, y entre ellos empieza una gran relación de mujer a mujer.

Para un general de Carabineros como Enrico Ombrini (Massimo Boldi) no hay mayor desgracia que tener una hija cuya ambición es convertirse en bailarina de televisión. Con el fin de hacerle desistir de la idea, Ombrini no duda en llevársela de vacaciones navideñas a Egipto. Para su desgracia, en el barco también viaja el cuerpo de baile de TV al completo, acompañado por su peculiar manager, Tufello (Enzo Salvi).

El mal y la corrupción dominan Nueva York, y pronto, alguien de las altas esferas aprovechará una antigua profecía para dominar el mundo. Pero la profecía dice que el que posea el poder del Kabuki podrá hacer frente al maligno. El problema es que el que recibirá el don será el sargento Harry Griswold, cuya torpeza sobrepasa los límites de lo humano. Intentará dominar el Kabuki inútilmente y sus poderes aparecerán y desaparecerán haciendo caso omiso a su voluntad. La bella y sensual Lotus, hija del antiguo poseedor de este don, será la encargada de adiestrarle en el arte del Kabuki, y así convertirle en el poderoso Kabukiman, el único superhéroe capaz de salvar al mundo y hacer que la profecía no se cumpla.

Antonio, guionista de televisión, toma la decisión de separarse de Ana, su mujer. El matrimonio tiene tres hijos en común. Antonio no sabe vivir sólo y a la mínima oportunidad acude a casa de su ex-mujer. Ana ha vencido su adicción al alcohol y ha rehecho su vida sin Antonio. Los cinco años siguientes a su separación, las relaciones y conflictos con sus hijos llevan a la pareja a un singular desenlace.

Esta película no tiene argumento. Es más bien un aguafuerte o, quizá, uno de aquellos retratos al minuto que hacían los pintores sin talento en las calles de Madrid en torno a 1950. La capital era entonces más que nunca el rompeolas de España. Un rompeolas gris, de cartillas de racionamiento, tierno y cruel a la vez, pobre hasta en sus alegrías, convaleciente (siempre con décimas al atardecer), pero también pícaro, festivo y surrealista. Un tiovivo, en fin, de supervivientes de los que, nos guste o no, somos herederos.

Cuarenta años después, Guillermo Montesinos, el actor que interpretó a José María el Cepa en «El crimen de Cuenca» (1980), dirigida por Pilar Miró, vuelve a los diversos lugares donde se desarrolló el rodaje de la mítica película que narraba el infame caso Grimaldos (1910).

Un conocido cantante de rock, loco con las drogas, decide acabar con todo durante el que sería su último concierto. A mitad del mismo, descubre entre el público a Berta, una conocida modelo de la cual él estuvo enamorado a través de sus fotografías, por lo que abandonará el concierto para conocerla.

Un guionista intenta sobrevivir a su ruina más inmediata. Su último guión parece ser la única solución.