Susana es una mujer que vive sola y sin dinero desde la partida de su esposo, al menos eso es lo que dice a sus vecinos. Susana se aferra al recuerdo de los viajes que solía hacer con su marido a Europa y se niega a enfrentar la dura realidad que la rodea, como la falta de dinero para pagar el alquiler de su casa.

Bianca fue secuestrada por una secta. Bianca sufre las secuelas psicológicas de un episodio de su niñez. Bianca no encuentra refugio en la medicación conciliar el sueño, sino que de hecho consumirla, estimula su insomnio. Bianca sufre esquizofrenia y habita un universo lisérgico donde convive con un fantasma, donde su cuerpo parece mutar en cucaracha y donde el cielo se tiñe de rojo, y en lo que quizás sea parte de un delirio esquizofrénico, gigantes de metal invaden la tierra. Bianca tomará cartas en el asunto para salvarse del apocalipsis. ¿Pero cómo distinguir lo real en medio de tanto delirio?

Varios personajes juegan a la ruleta rusa por dinero. Mientras juegan, nos enteraremos de sus motivaciones para estar ahí. Seis entran a jugar, solo uno puede ganar.

Un periodista desesperado y sin trabajo, que también se encuentra en medio de una grave crisis matrimonial, comienza a replantearse su vida y su profesión. Este es un retrato filosófico de la Argentina contemporánea.

El arrullo de la araña es una de las películas más distintas de Campusano, sin perder ni un segundo esa mirada crítica de aquello que muestra. Claustrofóbica, con una latente violencia y los diálogos como protagonistas absolutos, El arrullo de la araña despliega ante nuestros ojos una realidad que se repite, no importa el ámbito, el espacio, la geografía, ni las clases.