Cuando creía que todo había terminado, me di cuenta de algo: que un cómico tan original no podía tener seguidores comunes. Por eso, con la excusa de salir a buscar nuevas víctimas, decidí homenajearlos también a ellos. A fin de cuentas se trata de fans distintos, como Tangalanga.

Cuando creía que todo había terminado, me di cuenta de algo: que uno de los cómicos más originales que tiene la Argentina no tenía una estatua en su honor. Y entonces me pregunté: ¿Cómo puede ser que este gran artista no tenga un monumento? No lo pude evitar. Convoqué nuevamente al equipo de filmación y además de ir por otras víctimas emblemáticas, salí a luchar para que el Doctor tenga su merecido reconocimiento. Y viendo lo que se consiguió, siento que la lucha valió la pena.

Es la historia de Ernesto Ramponi, un hombre que perdió el pene e intenta recuperarlo.

Siglo XVI. Solís llega a nuestras costas y desembarca con sus hombres. En tierra firme se topa con unos aborígenes bravos que practican el canibalismo. Para esta tribu, el canibalismo tenía valor de ritual y era practicado después de las batallas y solamente con hombres. Sin embargo, hubo uno a quien no se comieron.