Gabi llega desde Francia como estudiante de intercambio a un pequeño pueblo en el imaginario Valle de Murrieta, en el norte de España. Se aloja en casa de Nico Mortimer y de sus padres de este, Marisa y Sebastián Mortimer, que están al frente de la funeraria de la localidad, situada junto al cementerio municipal. Un día, Pol, el tallista de lápidas, les cuenta una de las muchas historias paranormales que oculta el cementerio y deciden investigar.

Marina es una treintañera que se gana la vida organizando bodas, y no porque sea una romántica empedernida, sino porque como ella misma dice "cuando la gente está enamorada, no mira el dinero". A diferencia de sus clientes, ella disfruta de una vida sin ataduras ni compromisos, hasta que una noche conoce a Carlos, un affaire más para ella y un momento de debilidad para él. Porque él tiene novia: Alexia, una joven perfecta y amiga de infancia de Marina. Cuando Alexia descubre la tarjeta de visita de Marina entre las cosas de Carlos, lo interpreta como una propuesta de matrimonio y dice que sí de inmediato.