A los catorce años, Tomás está entrando en la adolescencia, ese momento de la vida en el que no solo hay que enfrentarse a los cambios físicos y emocionales, sino que también algunos recuerdos empiezan a tomar formas más traumáticas. Por eso tiene visitas continuas a un psiquiatra, por eso actúa un poco raro, es algo ermitaño y soporta como puede la extremada normalidad de su familia, que muere por que llegue el verano para ir a un tiempo compartido en la playa, mientras que Tomás quiere escapar… a la luna.

Lola, una adolescente de 16 años a la que no le va bien en el colegio, está empezando a rendir las materias que se llevó de cuarto año cuando se le presenta la oportunidad de ir a estudiar un semestre a un colegio en Alemania. Ella quiere viajar, pero su familia, absorbida por el trastorno bipolar de su hermana mayor, está con deudas y no puede afrontar ese viaje. La inestabilidad y el desgaste en el vínculo con su hermana hacen que Lola salga a buscar nuevas experiencias, se aferre a ellas para encontrar la manera de llevar ese viaje adelante, y poder escapar un poco de la agotadora dinámica familiar.

Un grupo de extraños despiertan en un sótano.