En un camerino, Mariza (40), una bailarina de ballet que ha sido relegada a papeles secundarios, se prepara para su ansiado regreso al protagónico. Desesperada por demostrar su valía, Mariza se prepara para salir al escenario, sin embargo, descubre que la puerta del camerino está cerrada y es imposible abrirla. A medida que sus intentos se vuelven más frenéticos, su ilusión se ve interrumpida por el creciente sonido de chillidos de ratones, así, de a poco, adentrándonos a su realidad. Finalmente, Mariza, atrapada entre su alucinación y su cruda realidad, se desmorona emocionalmente y se enfrenta a la verdad de su situación mientras el camerino se convierte en una metáfora de su caída. La historia concluye con Mariza buscando consuelo en su mundo deteriorado, abrazando su identidad distorsionada en un último acto de autocompasión.