Bajo el reinado de Louis XV, el descontento entre el pueblo va en aumento. Entre los opositores se encuentra Mandrin, hostil con todo lo que oprime a los pobres. Decide convertirse en un proscrito y adquiere reputación de vengador y justiciero. Aunque ama y no olvida a su prometida, Antoinette, queda prendado de Myrtille, una joven gitana que se cruza en su camino. Mandrin deberá escoger entre el amor o la aventura y, fiel a su leyenda, decide inclinarse por seguir defendiendo a los oprimidos.

En un país regido por una corrupta democracia, donde el gobierno utiliza a la Policía y al Ejército para erradicar cualquier amenaza izquierdista, un diputado de la oposición es asesinado en plena calle cuando acababa de presidir un mitin de carácter pacifista. De la investigación del caso se encarga un joven magistrado consciente de que se trata de un crimen político cometido por dos sicarios a sueldo. Al mismo tiempo, un ambicioso periodista se servirá de métodos poco ortodoxos para acumular pruebas que inculpen a varios militantes de un partido de extrema derecha, los cuales, a su vez, atribuyen la responsabilidad del atentado a altos cargos de la policía y del ejército.

A finales de 1944, en el bosque de la Woëre, al norte del Mosa, un grupo de maquis viven refugiados en el bosque. En ocasiones se une a ellos una joven que les hace de enlace. Un día unos soldados alemanes desertores del ejercitonazi se refugian en el bosque, el jefe de los maquis duda en acogerlos, pero por unanimidad de sus compañeros se plega a ello.

Usando una carta de Siberia como plataforma de lanzamiento, la película arranca quijotescamente en varias direcciones diferentes. Por lo tanto, es difícil de catalogar la película: primero un documental se convierte en un viaje y, a continuación, en un dibujo animado, y después, un camino filosófico, ¿y a continuación?