Joe Singer es un agente de policía perturbado que arresta mujeres para llevarlas a un almacén, esposarlas, torturarlas y matarlas. Pero una de sus víctimas está protegida por una maldición vudú, que hará que todas las víctimas vuelvan a la vida para dar caza a Joe.

Un anuncio puesto en internet por un hombre obsesionado con el canibalismo hace que una víctima ofrezca su propia carne al servicio de dicho hombre.

Tras aceptar participar en el caso, Robert Keppel , profesor de criminología y antiguo colabordor del FBI, recibe, de forma inesperada, una carta desde la penitenciaría de Florida en la que un condenado a muerte se presta a ayudarle a elaborar un perfil psicológico del asesino. Se trata de Ted Bundy, el asesino en serie que encabeza la lista de los más despiadados e inteligentes en la historia de la criminología y al que Keppel persiguió años atrás.

Brauth y Katze son dos ángeles de la muerte que viven en una desastrosa casa perdida en el bosque. Una noche, invitan a unirse a ellos a dos jóvenes asustadizas, Melanie y Bianca. Una vez allí, se suma al extraño grupo Heinrich, un excéntrico pintor, y su musa inválida, Clarissa. Rodeados de violencia, sexo y drogas, son introducidos en el submundo de la muerte. Heinrich y Clarissa saben lo que es el dolor, pero las dos jóvenes nunca habían vivido nada así, por lo que la primera reacción es huir. Sin embargo, para convertirse en ángeles deben conocer el dolor, pues solo de esa forma dejarán de ser humanos.

Irina, la directora de la oficina de turismo de Transilvania, ha traído al sur de España al personaje más célebre de su país, el Conde Drácula, para mostrar su cadáver en una campaña publicitaria de Transilvania. Cuando Silvia Superstar, la cantante de Killer Barbies, se entera de su llegada, intenta ponerse en contacto con él. Después oírla cantar, el Conde despierta de su sueño de siglos. Tras un coqueteo inocente, empieza un terrorífico juego. Irina, desesperada, le pide ayuda al Doctor Seward, famoso cazavampiros internacional, y a su ayudante Albinus para acabar con las sangrientas aventuras del Conde.

Al Pereira quedó tan decepcionado tras su última película que no quiere volver a trabajar con Jess Franco, quien le insiste constantemente. Para colmo, no se libra de las Alligator Ladies, y además tiene que enfrentarse a nuevos problemas con su familia, con su fe religiosa y hasta con su propia sexualidad.

Una joven es arrestada injustamente y enviada a una prisión aislada ubicada en una pequeña isla. Ella afirma su inocencia, pero aún está sujeta a toda la tortura y humillación que enfrentan todos los prisioneros a manos de la Sra. Steele, la sádica alcaide. La ayuda está en camino en forma de un grupo de mercenarios contratados por el padre de la niña. Harán cualquier cosa para hacer el trabajo, incluso si eso significa convertir la isla en una zona de guerra.