Una tétrica mansión se convierte en una trampa sangrienta para siete turistas (cada uno de los cuales representa uno de los Pecados Capitales), convirtiéndose uno a uno en víctimas de un demoníaco súcubo que tiene la apariencia de una bella y joven mujer.

Frederic está felizmente casado y espera su segundo hijo. Da paseos por París y cultiva su imagen de seductor tranquilo. Un día entra en su despacho Chloé, la antigua novia de un amigo suyo que destaca por sus costumbres nada timoratas. Chloé entra y sale continuamente de la oficina y de la vida de Frederic hasta incitar su curiosidad. Frederic encuentra un trabajo para ella y eso es una excusa para visitarla a menudo. Ella decide seducirle causándole a él un dilema moral...

Claire, una turista francesa, es arrestada en una isla mediterránea por Kasta, el puritano jefe de policía local, que la acusa de inmoralidad en público. El juez la libera por falta de pruebas, pero Kasta, obsesionado con castigarla, la vuelve a detener de inmediato, esta vez acusándola de posesión de drogas. Mientras espera el juicio, Claire es enviada a una prisión de mujeres.