Emma, Ravi y Zuri Ross van a un campamento de verano rústico en Maine, donde sus padres se conocieron en la adolescencia. Los jóvenes harán nuevos amigos, vivirán un triángulo amoroso y tendrán que superar sus miedos en el Campamento Kikiwaka.

Un viudo que trata de superar el peor año de su vida se da cuenta que no está preparado para criar a sus dos hijas por sí solo ni tampoco para afrontar el mundo de citas, donde al parecer se ha convertido en una de sus mayores atracciones.

Samantha y Jay se olvidan de la precaución cuando convierten su finca recién heredada en un alojamiento y desayuno. Llámalo planes extraviados. El lugar no solo se está desmoronando, sino que también está habitado por espíritus de residentes anteriores, a quienes solo Samantha puede ver y escuchar.