El rey Luis XI se disfraza de plebeyo en París para descubrir la traición que, está seguro, acecha a su reino. En una taberna local, escucha al impetuoso poeta François Villon exaltando por qué él sería mejor rey. Molesto, pero intrigado, el rey otorga a Villon el título de Gran Condestable. Pronto Villon empieza a trabajar y se enamora de una encantadora dama de compañía, pero debe huir de la ejecución cuando el rey se vuelve contra él.

Don Bellows (Franchot Tone) es un arquitecto que descubre a Joyce Heath (Bette Davis), su estrella favorita, en un bar, sola, borracha y deprimida pues su carrera está en crisis. Amablemente, se ofrece a cuidar de ella y ayudarle a su recuperación. Con el tiempo, Joyce mejora y ella y Don se enamoran pero ella está casada y debe enfrentarse a su matrimonio. También Don tiene una relación con su novia Gail y no puede dejarla tirada.

Con la pandilla de Al Kruger a la cabeza, los gángsters de Nueva York prosperan gracias a una administración débil que ha enviado al duro policía Johnny Blake (Edward G. Robinson) a un barrio de las afueras. Los cerebros de la banda son un triunvirato de banqueros cuyas influencias políticas, financieras y sociales permiten la existencia de los gángsters. Cuando Bryan, un editor que hace campaña contra ellos, aparece asesinado, un gran jurado designa al capitán Dan McLaren para que acabe con los malhechores. McLaren expulsa, aparentemente, a Blake del cuerpo de policía y éste, enfadado, se une a la banda como mano derecha de Kruger. Nick Fenner (Humphrey Bogart), el ayudante y asesino de Bryan, sospecha de Blake y desconfía de la presencia del ex policía en la banda.