En Belgrado, Yugoslavia, durante la Segunda Guerra Mundial, un poeta, Marko Dren (Miki Manojlovic), esconde a su amigo Petar Popara (Lazar Ristovski) y a su familia en un sótano para esconderse de los nazis. Allí ocultos deben fabricar armas para la guerra. Marko los engaña para que sigan fabricando armas 20 años después de la guerra y haciéndoles creer que aún no termina y que sólo han pasado 15 años. La película está llena de simbolismos y metáforas. Por ejemplo, tras el bombardeo a Belgrado, Blaky se limpia el zapato con un gato; al final, Petar, en la búsqueda de su hijo y tras descubrir que Marko y Natalija (Mirjana Jokovic) murieron, se apoya en una cruz que tiene a Cristo invertido. Además, en medio del fuego y la destrucción, hay un caballo blanco y un ganso volando.

En 1948, Orson Welles llega a Roma para protagonizar una película. Su carrera no atraviesa un buen momento y todavía no se ha recuperado de su divorcio de Rita Hayworth. Únicamente Lea, una esquiva actriz, parece darle nuevos ánimos. De repente, un actor muere en sus brazos mientras le susurra unas palabras al oído. La policía intenta demostrar que se trata de un suicidio, pero a Orson esta teoría no le convence.

En el pueblo industrial de Pancevo, un gas tóxico vertido desde un avión convierte a las personas en zombies. Un grupo de agentes de la Interpol se encontrarán en medio de desastre. Pronto descubrirán que el único modo de escapar de las hordas zombies es aliarse con un misterioso y peligroso prisionero.