Vuelven los inframanes en una secuela taiwanesa cargada de adrenalina y emoción. Sean testigos de cómo la hermandad de Satán intenta dominar el mundo a las órdenes de Dracula. Solo los motorizados superhéroes podrán plantar cara al invasor con sus poderes biomecánicos y su dominio de las artes marciales.

Rebeldes en la China medieval dan unos documentos secretos a unos monjes Shaolin. La lista es confiada por Abbot Wei Hung a un rebelde (Carter Wong) que divide la lista en tres partes, dando dos de las partes a otros rebeldes pero uno de los tres es el terrorista invisible, un espía que trabaja para un malvado general.

El Ministro de la Guerra, ataca el palacio real, despues de matar al rey, persequira al principe heredero, que consigue huir envenenado. El unico remedio, para el veneno se encuentra en un templo Shaolin.

Shaolin, el príncipe rubio, se tiene que enfrentar con su primo y la banda de este, que quiere sacarlo de su reino. Shaolin y su ejército se ponen a buscar a su primo, y la lucha sangrienta se desarrolla a lo largo de la película, que tiene un final inesperado.