Josh (Robert Burke) es un ex presidiario que, tras salir de la cárcel con las mejores intenciones, regresa a su hogar natal en Lindenhurst, Long Island. Allí es contratado como mecánico por Vic Hugo (Christopher Cooke), el dueño de un garaje, y se enamora de su hija Audry (Adrienne Shelly)... Película que supuso el debut de uno de los más admirados directores del cine independiente de los noventa. Rodada con poquísimo presupueto y apenas 11 días de rodaje.

Arlis Sweeny lleva una vida tan sencilla y monótona como las llanuras de su Texas natal. Su trabajo lo obliga a viajar de pueblo en pueblo, pasando de un amor a otro. Kay Davis, huyendo de un matrimonio roto, vive también en la carretera, pero no sabe a dónde va; sólo está segura de que el próximo lugar será siempre mejor que el anterior. El destino los une y les hace compartir un futuro, hasta que el padre de Arlis despierta un recuerdo tan profundo y oscuro como una tumba. (FILMAFFINITY)

Dos hombres, Ronald Darton y Richie Marks, de distinta procedencia se ven envueltos en un caso de asesinato. Tras infructuosas investigaciones, la acción les llevará hacia lo más profundo de Nueva York introduciéndose en el mundo de la droga, el crimen y la corrupción policial. Inspirado en un hecho real, este filme de acción sigue un esquema muy similar a un largometraje que había reventado las taquillas mundiales en 1987, "Arma letal". Y es que, al igual que el éxito de Richard Donner, dos personajes radicalmente opuestos que se ven obligados no solo a entenderse, sino también a trabajar juntos. Esta extraña pareja fue encarnada por Sam Elliott ("Tombstone", "Gettysburg") y un Peter Weller, cuyo rostro era muy popular en aquel entonces gracias a otro filme de acción policial: "RoboCop".

Una joven pareja se muda a un apartamento de un barrio conflictivo de Nueva York. Lo único que les gusta del lugar es un frigorífico, que resulta ser la puerta del infierno. Al poco tiempo, consigue hacerse con el control del marido.