Reginald Perrin es un cuarentón feliz. Lo tiene todo: un empleo como ejecutivo, una casa en un barrio residencial y un matrimonio casi perfecto. Pero aún así, siente que le falta algo y un día decide desaparecer sin dejar el menor rastro provocando con este hecho unos resultados tragicómicos que no nos dejarán indiferentes.

Los vengadores ( en inglés: The Avengers) es una serie de televisión británica creada en la década de 1960. Inicialmente, Los Vengadores se centró en el Dr. David Keel (Ian Hendry) y su asistente John Steed (Patrick Macnee). Hendry dejó después de la primera temporada y Steed se convirtió en el personaje principal, que se asoció con una sucesión de asistentes. Las asistentes más famosas de Steed eran mujeres inteligentes y elegantes: Cathy Gale (Honor Blackman), Emma Peel (Diana Rigg) y más tarde Tara King (Linda Thorson). Episodios posteriores incorporaron cada vez más elementos de ciencia ficción, fantasía, parodia y la excentricidad británica. La serie fue transmitida desde 1961 hasta 1969.

Lord Brett Sinclair, un noble muy elegante y de exquisitos modales, se ve obligado a formar equipo con Danny Wilde, paradigma del hombre que se ha hecho a sí mismo: nacido y criado en las calles del Bronx neoyorkino, llegó a ser un magnate del petróleo. Ambos se encuentran en la cárcel, pero son puestos en libertad por el juez Fulton para que colaboren con él en la resolución de enrevesados casos criminales.

Simon Templar es un hombre rico, apuesto, sofisticado y culto que decide transformarse en un Robin Hood moderno y luchar sin tregua en favor de los débiles; aunque, a veces, para hacer triunfar la justicia tiene que emplear métodos poco ortodoxos que ponen en dificultades a la policía. Su tarjeta de visita, una especie de monigote con una aureola, pronto se convierte en un símbolo reconocido no sólo por la policía sino por toda la sociedad.

Simon Templar es un hombre rico, apuesto, sofisticado y culto que decide transformarse en un Robin Hood moderno y luchar sin tregua en favor de los débiles; aunque, a veces, para hacer triunfar la justicia tiene que emplear métodos poco ortodoxos que ponen en dificultades a la policía. Su tarjeta de visita, una especie de monigote con una aureola, pronto se convierte en un símbolo reconocido no sólo por la policía sino por toda la sociedad.