Tras pasar años en la cárcel por robo a mano armada, Jake Blues es puesto en libertad por buen comportamiento. Sale de prisión vestido de la misma forma en la que entró: traje y sombrero negro y gafas oscuras. En la puerta le espera su hermano Elwood vestido de idéntica manera. Ahora, el único hogar que conocieron está en peligro. El orfelinato de Santa Elena necesita una gran cantidad de dinero. Los hermanos se ponen manos a la obra.

Las Vegas, 1973. Sam "Ace" Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y matones. Un día el violento Nicky Santoro, al que sus jefes han encargado que cuide de Sam, llega a Las Vegas con la intención de quedarse.

Cuatro jóvenes trabajadores de una bolera se convierten en zombies tras ingerir un helado radioactivo. Lo curioso del caso es que ninguno de los cuatro se da cuenta de en qué se han convertido y para ellos, la vida sigue igual. Mientras, la gente a su alrededor los percibe como lo que realmente son: muertos vivientes.

Charlie Deegan, un bribón encantador y peligroso, está casado con una mujer desagradable... e inmensamente rica. Se trata de un modesto abogado, con gustos de millonario, una insaciable sed de poder, y que mantiene una apasionada historia con su secretaria. Cuando ve que las tres cosas que mas le importan penden de un hilo, Charlie comienza a planear un crimen que le permitirá librarse de su esposa, casarse con su secretaria y convertirse en el nuevo juez de la ciudad. Charlie lo sabe, no hay nada como el crimen perfecto.

Jimmie Rainwood estaba ocupándose de sus propios asuntos cuando dos policías corruptos (que se equivocaron de dirección) irrumpieron en su casa, esperando encontrar a un traficante de drogas importante. Rainwood recibe un disparo y los oficiales lo incriminan como traficante de drogas. Rainwood es condenado por tráfico de drogas, con base en la evidencia de perjurio de un informante de la policía. Arrojado a una cárcel de mala muerte, luchar para demostrar su inocencia es difícil cuando tiene que lidiar con las realidades de la vida en prisión, donde todos afirman que fueron incriminados.

Un espejo demoníaco (que supo estar bajo el techo de la casa de Amityville original) tiende un manto de tenebrosa negritud sobre el hijo ilegítimo del hombre cuya matanza años atrás inició todo el problema de apariciones y espíritus.

Rollie Tyler, retirado de su antigua profesión como experto en efectos especiales, decide ayudar a un policía a esclarecer una serie de asesinatos. A pesar de aplicar todo su saber en esta especialidad, algo sale mal y el agente muere.