Paulina, de 21 años, es una trabajadora social en prácticas que realiza su pasantía en un centro de reinserción juvenil. Allí conoce a Manuel, de 16 años, con quien comienza una amistad que la llevó a cuestionar su vocación y a lanzarse a una segunda adolescencia, esta vez libre de la tiranía de la convención y la rutina, robando horas de un mundo que no le pertenece: Las calles de Santiago.

Camila es una joven estudiante de danza. Tiene un novio comprometido y una familia que la apoya, pero cuando descubre que está embarazada, todo ese amor y aliento se convierten en una carga. Camila tendrá que dejar de lado las expectativas de los demás y tomar su propia decisión, por difícil que sea.