Baran es la historia de refugiados afganos contada a través de los ojos de Lateef (Hossein Abedini), un iraní adolescente. Mientras él y otros iranís pelean para llevar acabo un encuentro, los refugiados afganos pueden apenas sobrevivir, ya que ellos no pueden trabajar legalmente. Lateef, con un gran corazón pero un pícaro, trabaja como portero en una construcción, proporcionando té y comida a los trabajadores afganos que trabajan ilegalmente por un salario escaso. El jefe, un hombre amable pero frugal llamado Memar (Mohammad Amir Naji), le paga a Lateef una pequeña parte de sueldo semanal, y retiene el resto de su sueldo alegando que es por su propio bien. Cuando un trabajador afgano, Najaf, sufre una caída en la construcción, no puede decir a las autoridades dónde o cómo se ha herido, debido a su estado de trabajador ilegal. Este incidente amenaza los puestos de trabajo de todo el mundo.

El comentario satírico sobre los clérigos en el Irán posrevolucionario. Mientras está en prisión, el pequeño criminal Reza (Parviz Parastui) se encuentra con un clérigo, lo que desató un plan para escapar. Reza se pone la túnica clerical de su nuevo conocido y apuesta por la libertad. Pronto se entera de que ser un clérigo trae poco respeto del público. Reza viaja a las aldeas periféricas, desde donde planea escapar del país. Sin embargo, sus planes deben quedar en suspenso cuando los aldeanos lo acepten en su comunidad y esperen que realice tareas religiosas. ¿La ruptura de la prisión de Reza lo convertirá en un pilar poco probable de la comunidad?

Mehrollah, un joven de catorce años, es forzado a buscar un trabajo para mantener a su familia tras la muerte de su padre. Viajará hasta el sur de Irán para encontrar el empleo. Pero cuando vuelve a su hogar, se da cuenta de que hay varios cambios en su familia.