Un hombre implicado en el triple homicidio de tres estrellas de Hollywood comienza su propia investigación. Necesitando ayuda, recluta a dos detectives para exponer una conspiración más explosiva de lo que cualquiera de ellos imaginó.

Johnny es un muchacho de 19 años, de buena familia, que vive pasando droga en Los Angeles. Es el dueño de su propia casa y de varios coches, tiene una vida de lo más acomodada y le encanta irse de juerga. Cuando Jake, uno de sus colegas, no le pague un dinero que le debe, Johnny secuestrará a su hermano de 15 años, Butch y a pesar de que Butch tendrá diversas oportunidades para poder escaparse, decidirá no hacerlo porque se lo está pasando en grande con Johnny… todo parecerá ir dentro de cierto orden, hasta que sucede algo terrible.

La vida de Sara (Cameron Diaz) y Brian Fitzgerald (Jason Patric) cambia radicalmente cuando a su hija Kate (Vassilieva), de sólo dos años, le diagnostican una leucemia. Inmediatamente, Sara abandona su carrera de abogado para dedicarse por entero al cuidado de su hija. Su única esperanza para salvarla es tener otro hijo. La ingeniería genética es un campo que plantea aún cuestiones morales muy espinosas, pero para los Fitzgerald es la única opción. Así es cómo nace Anne (Breslin), y entre ella y Kate se establece una relación mucho más profunda de lo normal, sobre todo porque ambas tendrán que someterse a diversos tratamientos médicos y compartirán largas estancias en el hospital.

Cuando asesinan a su padre, tres hermanos descienden sobre un río de montaña de Oregon para esparcir sus cenizas. Después de que llegan, uno de sus hijos desaparece. Uno de los hermanos fue secuestrado hace 30 años cuando visitaron este mismo río, pero ha bloqueado el incidente fuera de su mente. Solo desbloqueando los misterios dentro de su subconsciente, podrán encontrar al niño.