Después de encontrar un viejo teléfono náutico en la orilla, Natalie comienza a soñar que el dispositivo suena, seguido de la presencia de una mujer cubierta de negro. El ya frágil control de Natalie sobre la realidad comienza a resbalar.

Un drogadicto se despierta para encontrar a la niña con la que está muerto, y debe apresurarse para escapar de las consecuencias.