Jesse y Astrid compran una idílica casa en Texas, con espacio suficiente para que él pueda desarrollar su trabajo artístico. Al poco de mudarse, los cuadros de Jesse empiezan a adquirir un tono más oscuro e inquietante, como si una extraña fuerza poseyera su mente.

Un recluso nómada que vive al margen de la sociedad reconsidera su legado sediento de sangre cuando aparece una adolescente que dice ser su hija.