Un DJ de radio londinense recibe la noticia del suicidio de su hermano y viaja al oeste, a Bristol, para averiguar más.

Janice está embarazada, y sus padres, con la excusa de que no está preparada para ser madre, la presionan para que aborte. Tal decisión no hará más que agravar sus problemas psíquicos hasta tal punto que acabará internada en un centro de salud mental. Allí se somete, en primer lugar, a una terapia de grupo, que será pronto suspendida por la burocracia hospitalaria, por lo que se le aplicará un tratamiento más tradicional, a base de fármacos y electroshock. Los reproches de sus padres durante las visitas contribuyen a empeorar su situación.

Beaty es una prostituta que trabaja en un lujoso cabaret de Londres, donde Emory es técnico. Comienzan una relación agobiados por el trabajo de Beaty, la falta de dinero de Emory y el pasado de los dos: Beaty tiene un hijo de diez años que vive con su padre y un peligroso ex-novio. Emory tiene una esposa que murió en circunstancias dudosas y un turbio amigo que aparece con un plan para hacer mucho dinero. Beaty y Emory quieren ordenar sus vidas pero las probabilidades están en contra de ellos. La vida no es un cabaret.

Jerry Cornelius es un físico multimillonario que trata de encontrar un proyecto de su padre, un físico que ha recibido el premio Nobel y que acaba de morir. Es el denominado “programa final”: se trata del diseño de un ser humano perfecto, capaz incluso de autorreproducirse. En una Europa en pleno caos, la Señora Brunner y otros científicos, piden ayuda a Cornelius para encontrarlo. Cuando lo consiguen se aplican a sí mismos el programa en una abandonada fortaleza nazi del Ártico.