Brujas cuenta la historia de Beatriz (Carolina Arregui), una celosa mujer de origen humilde que logró ascender al convertirse en la primera profesional del servicio destacada de la agencia Ángeles, empresa líder en ofrecer mujeres especializadas en atender las labores de un hogar. Fue ahí donde Beatriz conoció al amor de su vida, Vicente Soler (Osvaldo Laport), dueño de la empresa e hijo de la altanera Rebeca Márquez (Silvia Santelices). Tras la promoción de cinco profesionales destacadas, Vicente invita a las seleccionadas a pasar una noche en un lujoso hotel de Santiago de Chile. Al día siguiente, Vicente amanece muerto a causa de un infarto producido aparentemente por tener relaciones sexuales, lo cual le estaba contraindicado.

El fiscal Aníbal Ramos no descansará hasta culpar a la familia Beltrán Egaña y descubrir a los responsables de un atropello del que fueron víctimas dos hermanos universitarios, con uno de ellos resultando muerto y el otro en estado de coma.

La historia se centra en el cambio de vida que tendrán tres chilenos luego de resultar ganadores de un codiaciado premio de un juego de azar: Nelson Peña (Jorge Zabaleta) es un chileno medio que vive en un pasaje pequeño y trabaja como vendedor en una ferretería. Inmaduro y emocional, es puro corazón: ama a su mujer, a sus hijos y al Renca Juniors. Hace un tiempo que sueña con ganarse un premio mayor y para conseguirlo juega religiosamente. Su historia, es la historia del pibe hecho realidad. Sin cambiarse de barrio ni renunciar a sus raíces, reparte el dinero ganado en propinas a lo Farkas y lo disfruta sin complejos. Rápidamente va por su sueño mayor: comprar el Renca Juniors para transformarlo en el “Real Madrid de Sudamérica”. Esta decisión será fuente de conflictos con Julia (Mariana Loyola), su mujer, quien ve esto como una locura que podría destruir a la familia. Pascuala (María Gracia Omegna) corre todo el día entre empleos inestables para mantener a Pipe (Diego Guerrero), su hijo, del que es padre y madre a la vez. En el día a día todo se complica para ella porque no tiene quien la ayude. Por eso su hijo le regala un boleto ojalá millonario con el sueño y la esperanza que la suerte de ambos cambie para siempre. Lo que no estaba para nada en los planes de Pascuala y Pipe era que Miguel (Gonzalo Valenzuela), un solitario ladrón de vieja escuela, le robará el auto con el cartón adentro transformándose en nuevo millonario. Pero como en el fondo Miguel es un tipo de buen corazón que ha dejado de delinquir, se acercará a ella para ser su discreto benefactor solucionándole los problemas económicos. Así llegará el amor entre ellos. Un amor construido en una bomba de tiempo. Los hermanos Matilde (María Fernanda Martínez) y Tomy (Andrés Commentz) han tenido una vida marcada por las tragedias. Huérfanos de padre y madre, hoy viven con su madrastra y hermanastra, dos mujeres frívolas y egoístas. Matilde, que se ha postergardo y endurecido para cuidar a su hermanito, compra un boleto de la fortuna con el sueño de independizarse y no depender nunca más de nadie. Pero la alegría dura poco. Cuando la suerte llega al transformarse en la tercera ganadora del premio mayor, Matilde descubre que no puede cobrarlo porque la ley se lo impide al ser menor de edad. En medio de la búsqueda que emprende para encontrar a alguien que la ayude aparece Dante (Simón Pesutic), un príncipe azul que la salva de los aprietos y que será más que un amor idílico, también se ganará su confianza como para pedirle a él que cobre el premio. Lo que ella no sabe es que Dante es sobrino de Ferrada (Daniel Muñoz), el estafador que lo puso ahí para quedarse con su fortuna.

Anastasia Cardona marca el inicio de una de las épocas más difíciles, que arranca en el sur de la Florida y llega a extenderse por todo el país, donde el negocio y el poder se imponen por encima de los mismos sentimientos.

Con la llegada a Valparaíso del famoso chileno actor radicado en Hollywood, Adriano Ferrer (Cristián Campos), comienza la historia de Cerro Alegre, que tiene como escenario el hermoso puerto de la Quinta Región. Los personajes se mueven por las estrechas callejuelas y ascensores del Cerro Alegre y sus alrededores. En el animado bar de doña Tránsito Soto (Patricia Guzmán), el Divino Tormento, se juntan los jóvenes del puerto, adultos y jubilados a escuchar las historias del Capitán Memo Méndez (Roberto Poblete). En ellas narra sus aventuras por los siete mares. En una mansión de Viña del Mar, en el barrio de Recreo, viven los Thompson. Esta poderosa familia es propietaria de la empresa naviera más grande de la región.

El día en que Pedro Armstrong (Jorge Zabaleta) cumple 40 años, Carolina (Luz Valdivieso), su insoportable mujer, lo atosiga y sofoca durante todo el día, pues como siempre ha organizado un fastuoso evento y espera que este resulte a la perfección. Sus hijos se muestran absolutamente indiferentes y su jefe, quien también es su suegro, lo abruma en el trabajo. En medio de la fiesta, Pedro descubre que un sentimiento extraño que sumado a los brujeos permanentes de Carolina y a sus descalificaciones lo hacen explotar y, cansado, simplemente se va. Aburrido de su ex, decide dejarla y renuncia a su exitoso, pero rutinario trabajo de publicista dispuesto a convertirse en un nuevo hombre. No se imagina que tendrá que soportar la furia y locura de Carolina, quien jamás pensó que él se atrevería a dejarla.

Todo en la vida de Estela Cox ha sido una mentira, menos el profundo, pero frustrado amor que un día sintió por Leonel Urmeneta, un hombre bien acomodado pero que nunca renunció a su familia para quedarse con ella. Herida y desilusionada se casó con un millonario, adoptó a Laura y se inició en el mundo de la estética; cambió su forma de vestir, se puso otro nombre y entre la abundancia y riqueza olvidó su pasado transformándose en la dama de alta sociedad que siempre soñó. Tras 15 años de ensueño, un nuevo hecho marcará nuevamente su vida: se enteró que su marido, Máximo Alcázar también la engañó y tuvo amores con la empleada de la casa con la que además tuvo una hermosa niña llamada Margarita. Estela no pudo soportarlo, se sintió traicionada y desde entonces estableció una relación de “caridad” bien especial hacia los huérfanos Margarita y su hermano, Mario.