Tras ser arrestado por cargos de asesinato e intento de secuestro de un menor, un caso que se remonta a tres años atrás, un padre se enfrenta a la justicia. Desde el otro lado de una ventanilla unidireccional en la estación de policía, Claire, de 16 años, realiza una identificación formal de Gustavo, sellando el destino del acusado.

Desde que su mujer se fue, Mario se ocupa solo de su hogar y cuida de sus dos hijas, en plena crisis de adolescencia. Frida, de 14 años, lo culpa de que su madre se haya marchado. Nilki, de 17, solo sueña con marcharse de casa. Mario, por su parte, espera que un día su mujer regrese a casa.