Esta es una película que mezcla la comedia y el drama, y que protagoniza Emily, una adolescente a la cual no le falta de nada si hablamos en términos materiales, pero que tiene serias carencias afectivas. Sus carencias son culpa de sus padres, que están centrados en sus carreras sin hacer caso a sus hijos. Su madre es una ejecutiva de éxito, que lleva mucho dinero a casa, por lo que su padre se puede dedicar a pintar, aunque en realidad nunca haga nada más que vivir a costa de su mujer. Emily aguanta la situación, pero un día sus padres no acuden a la competición de salto en la que participa y Emily decide que ha llegado la hora de poner cartas en el asunto. Por eso, y junto a sus hermanos, elabora un plan para secuestrar a sus padres y hacer de su casa un hogar totalmente normal.

Un grupo de siete viejos amigos de la universidad se reúnen durante una largo fin de semana después de que uno de ellos intentara suicidarse. Enamoramientos y antiguos resentimientos salen a la luz que empujan las viejas amistades al borde de la ruptura.

Un robo fallido a un banco, secretos de pueblo y algunos asesinatos. La impactante verdad sólo puede contarse al revés.

Sara (Minka Kelly) empieza a compartir cuarto con una estudiante llamada Rebecca (Leighton Meester). Al principio todo va bien y la relación es de respeto mutuo; pero llega un momento en que la situación da un giro radical: la recién llegada empieza a involucrar a Sara en una serie de hechos muy turbios que pondrán en peligro su vida.