Seis personajes se enfrentan durante una noche de viernes a una serie de situaciones y dilemas. Sus preocupaciones y secretos poco a poco son revelados por una cámara que parece espiar cada uno de sus actos, hasta el punto de hacerlos confesar sus propias debilidades. Esto hace que confluyan en un mismo escenario temas que van desde la tragedia hasta la comedia, cual si fuera un programa de talk show.

Lucho y Jenny son una pareja de esposos de clase media que está esperando un niño. Lucho trabaja en un restaurante y es despedido, viéndose forzado a vivir en la casa de su suegra. La convivencia se hace imposible, ya su suegra es tremendamente metiche. En medio de todo lucho sufre un golpe en la cabeza y producto de eso tiene una conversación con su fallecido suegro, quien lo convence de que su suegra lo mató. Lucho le cuenta esto a sus amigos del fulbito y juntos buscan mil maneras de hacerla confesar.

Pedro es un tipo tranquilo, hermético y absolutamente ordenado. Se levanta temprano para ir a trabajar atendiendo público. Además, le gusta cocinar, escuchar música y salir a matar a las 2 de la madrugada. Gabriel Barba es el policía a cargo de buscar a este imparable asesino. Sin embargo, él tiene problemas que lo distraen: está enamorado de Ángela, una prostituta con la cual vive y a quien no puede tocar, pues ella, en venganza por no cumplir todo lo que le prometió, no se lo permite. Una historia oscura e intensa, en donde la satisfacción se convierte en el motivo de violentos sucesos, ocurridos en un universo plagado por personajes atrapados en su propio laberinto