Desde el comienzo, el hombre ha necesitado la energía para sus quehaceres diarios. En la actualidad, esa energía es derrochada generándose gran cantidad de contaminantes (energía nuclear). El efecto más observable de estos contaminantes es el cambio climático: calentamiento de los mares y océanos, calentamiento terrestre... El Protocolo de Kioto se creó con la intención de reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera y contempla la posibilidad del uso de energías renovables: solar, eólica, orgánica e hidraúlica.