El éxito de Shyamal (Barun Chanda), un joven ejecutivo de una empresa británica de Calcuta, y su lenta inmersión en el mundo de la corrupción se nos muestra a través de los ojos de su cuñada. Shyamal, que está casado, aspira a ser el director de la compañía; pero, para ello, tendrá que competir con un compañero que tiene un pariente en la junta directiva. Su cuñada Tutul (Sharmila Tagore) llega de Patna para pasar algunos días en su casa. Ella, que había admirado siempre el idealismo de Shyamal, hasta el punto de sentir celos de su hermana, se convierte ahora en la conciencia de su cuñado, que se dedica a mostrarle los placeres de la vida de la ciudad: los cócteles, los clubs privados, las carreras de caballos...

Un ingeniero que está supervisando la demolición de una mansión en Calcuta recuerda su llegada años atrás a esa misma mansión durante el esplendor de la familia Chaudhury.

Dos chicos aspiran, cada uno por su lado, a ser artistas: Goopy desea ser cantante y Bagha quiere tocar el tambor dhol. Ambos se conocen en la jungla, cuando el rey del pueblo los expulsa. Vagando por la jungla encuentran al rey de los fantasmas, que les concede tres favores: poder conseguir siempre comida, tener libertad para ir a cualquier parte y la posibilidad de convertirse en músicos expertos capaces de hechizar a todo el mundo. Cuando los chicos oyen hablar de un concurso de música en el reino de Shundi, se dirigen allí para probar sus poderes.

Un parapsicólogo descubre que los dibujos del niño Mukul representan escenas de una vida anterior: muestran los hechos ocurridos en una fortaleza, donde el padre del niño había trabajado como tallador de piedras preciosas. Decide, entonces, viajar con el niño por diversos lugares de Rajastan, con la esperanza de encontrar la fortaleza. Unos bandidos que se enteran del extraño caso a través de los periódicos, secuestran al niño. Entonces el detective Feluda y su ayudante Tapesh serán contratados para rescatarlo.