Un grupo de empleados del Banco Central Obrero, un día cualquiera pasan a ser los héroes que evitaron un atraco en el Banco. Su recompensa: un paseo a Melgar con todos los gastos pagos. Pero eso sí este paseo les enseñará a estos empleados que todas las oficinas en el mundo se parecen, no son familias, pero casi, son grupos de gente luchando junta por sobrevivir, con todo lo bueno y lo malo que esto significa, que aquí se aprende la tolerancia, el perdón y el olvido, la amistad y sobre todo se aprende a ser parte de algo… y eso, eso también se llama felicidad.

En una pachanga familiar que se respete nunca debe faltar la buena música, la diversión, el amor, el trago y porque no, hasta un muerto. Una rumba de película vivirá la familia Matayana en el cumpleaños de la jefa del hogar, doña Matilde, hasta darse cuenta que una herencia está en juego.

Vicente tiene cuarenta años y vive con su madre, quien quiere que se case con su aburrida novia. Sin embargo a él le gusta otra persona.

Bienvenidos a la Sucursal zona industrial del Banco Nacional Obrero. Y no es precisamente la sucursal del cielo ni sus empleados unos angelitos. Pero como el trabajo lo hizo Dios como castigo después de tanto paseo a sus empleados les tocó volver a camellar. Volver a la rutina no será fácil, porque nada mejor para nublar el trabajo que una encuesta de clima laboral, que revelará quién es quién en ésta oficina. Ahora la jefa tendrá que hacer algo más que un taller de control de la ira para vigilar a esta brigada de chismosos ya que no habrá simulacro que los salve del fin del mundo.