Eduvigis (Amalia de Isaura), una anciana viuda que vive en Madrid, atrae la mala suerte sobre todo aquel a quien mira con unas gafas hechas con cristales de una tumba egipcia. Para vender una casa que acaba de heredar debe ir a Canarias, pero antes pone un anuncio en un periódico solicitando una asistenta y un chofer para que la acompañen. Al anuncio contestan Mercedes (Rocío Durcal), una chica que trabaja en un museo de Madrid, y Tony (Enrique Guzman), un estudiante mexicano que reside en un colegio mayor. En Tenerife, Mercedes y Tony descubren que la casa vale mucho más de lo que le ofrecen a la señora.

A Marcos Aristoluas, cabecilla de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes, le roban uno de sus cargamentos. Rápidamente le pide ayuda a Harry Bell, un hombre que había trabajado para la Interpol, pero al que un desagradable asunto con su ex novia (y amante de Marcos) lo llevó a la cárcel. Bell está dispuesto a ayudarlo, aunque sea sólo por dinero. Sin embargo, el asunto se presenta bastante más complicado de lo que en un principio parecía