La serie sigue el día a día de la familia del inspector Paco Miranda, que es trasladado a la comisaría de San Antonio (ficticio barrio conflictivo de Madrid) junto a los subinspectores y amigos Mariano y Lucas. Paco empieza a trabajar en la comisaria del barrio en la cual su suegro, Don Lorenzo, es el comisario.

Anna, de diecinueve años, que vive a finales del siglo XIX en la ciudad de Zatonsk, descubre inesperadamente que posee poderes sobrenaturales. Los espíritus de los muertos la persiguen literalmente, pidiendo ayuda. Ayudada por sus visiones, Anna se las arregla para investigar y resolver una serie de misteriosos crímenes que han desconcertado a la policía. Un experimentado detective, Yakov Shtolman, de 37 años, que tiene la oportunidad de visitar la ciudad, se une a Anna y se convierte en su socio en la caza de criminales.

Juan Carrasco es un ministro de Agricultura que decide presentarse a las primarias de su partido y optar a la Presidencia del Gobierno.

Tres agentes de eras diferentes trabajan para una institución secreta que protege el pasado contra los intrusos que viajan en el tiempo para cambiar la historia.

Una catástrofe mundial provoca un cataclismo que lleva a la desaparición de la tierra firme. Con el planeta inundado de agua, la tripulación y los jóvenes alumnos de un buque escuela parecen ser los únicos supervivientes… Aislados del resto de un mundo que ni siquiera saben si ya existe, los principales responsables de que la nave llegue a puerto son el capitán (Juanjo Artero) y la científica del buque (Irene Montalá). Además de los alumnos está Ulises (Mario Casas), un polizón rebelde y con madera de héroe, y Ainhoa (Blanca Suárez), la hija adolescente del capitán, que se ha embarcado junto a su hermana pequeña Valeria (Patricia Arbues), a raíz del reciente fallecimiento de su madre.