Moon, líder del sindicato del crimen más poderoso de América, reúne a los más crueles, sádicos y peligrosos asesinos dentro de un recinto de máxima seguridad. A pesar de que todos ellos han actuado alguna vez contra su organización, Moon les ofrece el perdón a cambio de que se maten entre ellos, prometiendo una recompensa de nada menos que 10 millones de dólares a los tres únicos supervivientes.

La larga guerra entre máquinas y personas ha colocado a ambos bandos al borde de la extinción. En una de las ciudades, se esconde un arsenal que podría dar la victoria a quien lo encuentre. Un ejército de humanos avanza hacia allí.

Un kickboxer acepta una invitación de participar en un campeonato kickboxing donde una compañía planea introducir cyborgs como combatientes. Cuando él se niega, la compañía secuestra a su novia para forzarle a su participación.

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Harry Telemacher (Steve Martin), un estrambótico hombre del tiempo de la televisión, cree que su vida es perfecta, excepto por la imprevisible relación que mantiene con una novia que es una fanática de la moda. Un día de sol radiante y contaminación espesa, el mensaje de una señal electrónica de autopista le cambia la vida, lanzándolo a un frívolo idilio con una joven y bella rubia.

Barb Wire es cortante como un cuchillo y fría como el hielo, pura dinamita. No se anda con tonterías y nunca toma partido. Vive en un futuro no muy lejano, en un país devastado por la guerra civil. Es una mujer con valores en un mundo carente de esperanza. Todos la desean. Pero nadie puede conseguirla. No pierde el tiempo con hombres que no tengan un buen cerebro. Hace ya mucho tiempo que Barb Wire sólo se ayuda a sí misma. Pero cuando quiere puede hacer mucho más que cualquier hombre. No hay problema al que no pueda enfrentarse. Puedes darle una paliza, atacarla con un cuchillo, dispararla o arrastrarla por el suelo. Pero hagas lo que hagas nunca le llames "muñeca".

Un grupo de terroristas toma como rehenes a unos deportistas que van a participar en los Juegos Olímpicos. Están dispuestos a todo si sus exigencias no se cumplen.

Antes de convertirse en vampiro, el conde Drácula era el príncipe Vlad, quien tras conocer la muerte de su prometida, vendió su alma al diablo. Cuatro siglos después, en Londres, encuentra a Mina, reencarnación de su amor perdido.