Madrugada del cuatro de febrero de 1992. El más estable de los sistemas democráticos de Latinoamérica se resquebrajó bajo el fuego y el combate. Una noche difícil de olvidar que dejó profundas huellas y marcó el camino que Venezuela vive hoy en día. Una parte del ejército, al mando de un militar golpista, asedió la residencia presidencial con la intención de tomar el poder por la fuerza. La insurrección fue sofocada a tiempo y la intentona golpista fracasó. Pero aquella noche “amaneció de golpe” y para nuestros personajes marcó un antes y un después en sus vidas. La rabia, el miedo y la angustia, les rebelaron aspectos de si mismos que hasta ese entonces desconocían. (Filmoteca Zoowoman)

Carlitos, hijo único de una pareja de millonarios, abandona su hogar e inventa un autosecuestro al enterarse de que le enviarán al extranjero para continuar con sus estudios.

Verónica (Maru Valdivielso) es una joven ejecutiva que trabaja en una empresa de productos lácteos. Un día antes de marchar de vacaciones a los carnavales de Río de Janeiro, la empresa es víctima de un chantaje mediante una partida de yogures envenenados. Al presidente de la empresa le da un ataque al corazón y Verónica va a visitarlo al hospital. Allí conoce a un joven (Pablo Carbonell) que huye de alguien que quiere matarlo. De repente, la joven se ve envuelta en una serie de enredos, chantajes y persecuciones, provocados por hombres que se cruzan en su camino, todos obsesionados por el amor loco hacia una enigmática mujer fatal.

Alejandro, un cineasta frustrado, tiene tiempo sin encontrarse con la suerte, con un divorcio a cuestas, una película sin terminar y una agencia de viajes en la quiebra. Un día recibe una llamada equivocada de Vanessa, una mujer cautivadora que lo empuja directo a lo que él necesitaba: una cita a ciegas. A partir de su encuentro con Vanesa, Alejandro se verá inmerso en una serie de enredos con la mafia y el tráfico de drogas.

Esta es una historia tomada de la vida real. Día a día, nuestra prensa, en la página de sucesos, reseña la violencia que aqueja a nuestro país. Es una violencia que proviene de la descomposición general de la sociedad venezolana. Esta es una historia de amor de una madre por su hijo muerto por la policía sin justificación alguna. El empeño de esta mujer por limpiar la memoria de su hijo, por la justicia y por un mundo mejor.

Paula, una trabajadora social española (Laura del Sol) viaja a Venezuela para realizar su labor en una cárcel de mujeres. Pronto comprueba que el conjunto de mujeres de la cárcel ignoran a una de las prisioneras, Santera Soledad (Irma Salcedo), una joven que practica brujería. Después de que Soledad sea torturada por sus guardias Paula la protege. La española empieza a aprender sobre su padre espiritual, Eulogio, a quién considera su familia en su vida anterior como parte de la comunidad de un pueblo selvático. (FILMAFFINITY)