En el 2001, muy lejos de las naves espaciales, la Argentina sufre una crisis social y económica que despierta la furia en las calles. Saqueos, violencia y terror son parte del paisaje cotidiano. El miedo sobrevuela el ambiente y las familias se van quebrando en un clima enrarecido.

Una pareja, arrastrada por el trajín de sus vidas cotidianas, está cada vez más distanciada entre sí. Con la llegada de la pandemia y el aislamiento social, a pesar de las vicisitudes, trabajan por recuperar lo que los había unido: lo esencial.

Una joven, alienada por su trabajo y enfrentada con su entorno, busca su identidad a través de diversas figuras alegóricas. Es una película extraña, arriesgada, en la que no hay diálogos sino canciones que expresan los estados por los que atraviesa la protagonista. La banda sonora del film fue compuesta e interpretada por el músico de rock Luis Alberto Spinetta y fue editada como disco bajo el mismo título que la película.

Ana, una joven estudiante universitaria, despierta en el baúl de un auto atada y amordazada. Lo último que recuerda es haber sido raptada mientras corría por el parque. Al llegar a destino descubre que ha sido secuestrada por una banda de trata de personas, se encuentra en una casa de adoctrinamiento para obligarla a prostituirse.

Herido de bala en una manifestación de protesta, un joven es llevado a un hospital en una Buenos Aires casi apocalíptica y de fuerte control de un estado policial. El oficial que lo hirió se propone terminar la faena, pero no cuenta con la presencia del enfermero...